Curveballs… Lessons in the game of life cuenta la historia de los Louisville Slugger Warriors, el único equipo de béisbol de amputados del mundo. El equipo fue fundado por David Van Sleet, residente en Estero, que había dedicado toda su carrera al desarrollo de prótesis para veteranos discapacitados. Según Van Sleet, «quería dar esperanza no solo a los veteranos discapacitados, sino también mostrar al mundo que casi todo es posible si uno se lo propone». Entre los compañeros de equipo que aparecen en la película hay varios veteranos que sirvieron con orgullo tanto en Irán como en Irak antes de perder sus extremidades. Otros compañeros, como Luke Brittian, perdieron sus extremidades en trágicos accidentes; en el caso de Luke perdió una mano a causa de un cortacésped. Según el segunda base Derek Holcom, «ni en un millón de años pensé que llegaría a ser un amputado», antes de que le disparara un cazador que le confundió con un ciervo. Pero Derek no se centra en la pérdida, sino que agradece la oportunidad de seguir practicando deporte y demostrar a los demás que ser discapacitado no significa dejar de hacer lo que te gusta. Según el director de la película y ganador de nueve premios Emmy, John Biffar: «Es el proyecto más inspirador en el que he participado y estoy muy agradecido a los jugadores que compartieron sus historias personales con nosotros.» Los Louisville Slugger Warriors están entrenados por antiguos jugadores de las grandes ligas, incluido el entrenador Curtis Pride. Curtis jugó durante once años en varios equipos de las Grandes Ligas y fue el primer jugador sordo de la era moderna. Curtis acaba de publicar un nuevo libro en el que relata la increíble historia de su vida, titulado I felt the cheers. En la película también aparece el legendario lanzador Jim Abbott, que lanzó un no-hitter para los Yankees con una sola mano. Según Van Sleet: «Jim ha sido una inspiración para los demás lanzadores mancos del equipo, que aprendieron de su técnica.» Aunque todos los Louisville Sluggers son jugadores amputados, juegan contra jugadores sin ninguna discapacidad, por lo que es sorprendente que ganen más partidos de los que pierden. Aunque la película gira en torno al béisbol, las historias que cuenta tienen más que ver con el papel que desempeñan la actitud y la gratitud a la hora de vivir la vida al máximo.
‘Superolímpics: la competició de les seves vides’
Marc Marbà
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